Siempre hay una primera vez para todo, en esta ocasión dejábamos tierra firme y navegamos por el mar de la costa brava, un lugar espectacular y sin duda desde otra perspectiva.
Mientras callejeábamos por esta particular Venecia catalana como es Empuriabrava, charlábamos, reíamos y mientras tanto mis fotos iban memorizándose en la tarjeta de memoria. Como fotógrafo de bodas me encanta viajar y visitar nuevos lugares para poder ofrecer a mis parejas, el mejor escenario para sus recuerdos.
Suena a tópico pero no puedo decir otra cosa de esta estupenda pareja, ha sido un placer convivir esos momentos tan especiales con ellos y solo tengo palabras de agradecimiento por su cariño y hospitalidad.