Nuevamente os presento a Raquel, sin duda en esta sesión a parte de pasar frío nos echamos unas risas mientras el sol se iba escondiendo para dejar paso a la noche. Pasamos una tarde tranquila y amena fotografiando o desde mi humilde visión el alma de Raquel. Pocas palabras se pueden decir cuando delante tienes una buena esencia fotográfica, creo que en esta sesión es un claro ejemplo donde se aprecia dulzura, ternura y delicadeza. He tenido mucha suerte en fotografiar a Raquel, ella sabe lo mucho que la quiero y espero que con estas fotografías pueda aportarle mínimamente lo que ella me aportó aquella tarde de diciembre.
“Gracias Raquel”